La fotografía publicitaria, variante que engloba a la fotografía corporativa, es crucial para cualquier negocio, ya que es el mecanismo a través del cual impactaremos sobre las emociones de los clientes. Para llegar a ello, existen cuatro tipos de fotografía publicitaria. Dos de ellos, muy presentes en el catálogo de fotógrafo profesional en Madrid de kavisanchez.com de manera diferenciada.

Tipos de fotografía publicitaria

1.- Fotografía Corporativa

Predomina en la web, pues a pie de calle esta suele verse menos. El objeto es dar a conocer cómo es la empresa. Una exposición de sus valores a la vez que nos informan de sus productos.

Fotografía corporativa

2.- Fotografía Alimenticia

Es la que consigue que queramos ir a ese local a devorar algo tan apetitoso como lo que aparece en la publicidad. Es una variante complicada y que, en ocasiones, requiere bastantes puntos de vista para obtener el resultado pretendido.

Gastrohub T4 AS
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3.- Fotografía Producto

La fotografía de producto es el origen de los distintos tipos de fotografía publicitaria. Tenemos un producto que queremos vender. Eso sí, “enseñarlo” tiene su técnica. Aquí podemos encontrar composiciones, el uso de modelos o, si tiene la suficiente fuerza per se, la sola presencia del producto.

Fotografia de Producto

4.- Fotografía Lifestyle

Traducido como “estilo de vida”, esta rama de la fotografía publicitaria, aparte de ser la más común actualmente, es la que más se centra en las emociones. El objeto es que los clientes deseen ser como las personas retratadas. También que quieran estar en un lugar determinado o, incluso, ser partícipes de esos valores.

Esta variante comienza a sustituir poco a poco la de producto en ciertos sectores, como el del alquiler. Este mercado cada vez se orienta más hacia un valor añadido, hacia la experiencia personal. Y es este detalle lo que permite que una idea funcione.

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No en vano, vemos a diario productos de todo tipo, por lo que nosotros, como usuarios, buscamos un valor añadido de manera inherente. Y es ahí donde entra en escena la fotografía publicitaria para crear una demanda propia de un producto o servicio.

En cierta manera, también podríamos incluir aquí los trabajo de un fotógrafo de arquitectura y de interiores, puesto que también requieren emocionar y expresar un estilo de vida.

Como conseguir una buena calidad de imagen en fotografía digital y sus beneficios en la fotografía publicitaria

El significado de calidad de imagen en fotografía profesional y amateur no es un concepto que todo el mundo tenga claro, habitualmente se confunde con la resolución.

Logrando diferenciar los dos conceptos se entenderá qué es la calidad en una imagen digital y por qué dos tomas de un mismo objeto con la misma resolución tienen distinto impacto visual. Una fotografía publicitaria de calidad consigue retener la atención del observador o cliente potencial, con los consiguientes beneficios comerciales en publicidad que genera.

Resolución de una imagen para Fotografía Publicitaria

fotografía de productos publicitarias

Es igual que hablar de volumen, de densidad, de cantidad de números de píxeles o puntos físicos, de color que hay en una imagen por unidad de longitud (centímetros o pulgadas), es decir, que si fotografiamos un objeto mientras más píxeles por unidad de longitud tenga en mi cámara más completa será la información de su textura y, por tanto, más detalles aparecerán y más nos acercaremos a los máximos en detalles que nos da la vista humana.

Un ejemplo tosco pero explicativo: visionar un pintor con un lienzo en blanco (sensor) y ante una encina para pintar.
Para pintar, el pintor cuenta con dos pinceles: uno de cerda muy delgada y otro de cerda gorda. ¿Con qué pincel podrá dejar más puntos de colores en el lienzo y así representar y dar vida a más detalles en las distintas partes del árbol (corteza del tronco, sombrero de la bellota, nervios de las hojas, hormiga sobre una de sus hojas, etc.)? Obviamente con el pincel de cerda fina, ¿no? Con un pincel grueso, la hormiga sería un punto sin detalles de los miembros de su cuerpo.

Bueno, pues eso es la resolución de una cámara y se mide en píxeles por pulgada, siendo un megapixel un millón de píxeles por pulgada. Al igual que era el lienzo, la superficie donde se recogían las puntadas de óleo del pintor, en nuestra cámara, será el sensor. Por tanto, mientras más megapixeles entren en el sensor menor será el tamaño del pixel y mayor cantidad de detalles será posible recoger. De esta manera se consiguen transiciones más suaves de color y aumenta así el rango tonal de la imagen.

La resolución también nos da el tamaño al que podemos imprimir una imagen sin interpolar (es decir, sin tener que fabricar más píxeles debido a que nuestra cámara no cuenta con los suficientes píxeles para un tamaño de impresión concreto)

Pequeña tabla

2 Mpx impresión de 13 x 18 cm sin interpolar
4 Mpx 18 x 24 cm
6 Mpx 20 x 30 cm

La resolución no es calidad, es tan solo y por ahora “definición o capacidad de representación de los detalles de un objeto fotografiado“. La calidad final de las impresiones y de su visión en pantalla ya no dependerá de los megapixeles, sino de otros factores que ahora veremos.

Calidad de una imagen

La calidad de una imagen digital da como resultado una mayor pureza visual final de la imagen, una mayor limpieza, una mayor suavidad en la transición de los colores y, por tanto, de su rango tonal y las dan las cámaras profesionales fácilmente diferenciables, entre otras cosas, por sus precios.

Principalmente, esta calidad de la imagen digital las dan dos factores: el sensor y la óptica.

1.- El sensor

Es la superficie donde se aloja el pixel, y el pixel es el que se encarga de recibir la información lumínica que le viene del exterior, absorbiéndola y procesándola, por tanto, mientras más grande sea la superficie del sensor mayor tamaño, podrán tomar los píxeles que lo ocupen y más luz será capaz de absorber y procesar.

Esto se traduce en un aumento notable de la calidad de la imagen tomada y por contra, mientras más pequeño sea el sensor de una cámara menor será el tamaño de los píxeles que lo habitan, reduciendo ese potencial grado de absorción de la luz.

Por eso en situaciones de poca luz, las cámaras con sensores pequeños necesitan amplificar esta señal de luz captada por los pequeños píxeles, puesto que le es insuficiente para la toma. Y,  ¿cómo lo hacen? Incrementando el ISO o sensibilidad a la luz de la cámara, deteriorando la imagen con la consiguiente perdida de calidad.

Este contratiempo tiene técnicamente un nombre muy temido en fotografía “ruido digital”. Este se verá incrementado proporcionalmente en la medida en que se incremente el número de megapixeles sin aumentar el tamaño del sensor, puesto que seguirá reduciéndose cada vez más el tamaño de los píxeles y, por tanto, su capacidad de absorber y procesar señales luminosas.

Esto es lo que ocurre con las cámaras compactas que dan muchos megapixeles, pero sus sensores no aumentan en tamaño.

Las cámaras con grandes sensores tienen una capacidad mayor de captar las señales luminosas del exterior debido al tamaño de sus píxeles. Por esta razón, no necesitan, o necesitan en menor cuantía, un incremento de la sensibilidad o ISO para no perder calidad de imagen en situaciones de poca luz.

Ejemplo: la cámara Nikon 700 tiene un megapixel menos que su homóloga de Sony, pero su sensor es de 864 milímetros cuadrados contra los 43 milímetros de su homóloga en Sony. Esto significa que la Nikon capta 20 veces más información luminosa que la Sony en su sensor, dando una calidad mucho mayor.

2.- La óptica

La óptica canaliza la entrada de la luz hacia el receptor que absorbe y gestiona la luz, el pixel. Es necesario contar con un objetivo con propiedades capaces de sacar el máximo partido del sensor

Un sensor de medio o gran formato necesita un sistema óptico que pueda ofrecerle la mayor amplitud lumínica posible, recibiendo así la mayor cantidad posible de información que procesar y gestionar.

Por tanto, y sintetizando, diremos que la calidad de origen de una imagen viene dada por la óptica que da paso a la luz y por el tamaño del sensor que aloja a los píxeles que absorben, gestionan y procesan la información lumínica. Aunque todas las pantallas tienen la misma resolución de 72/92 píxeles por pulgada, una imagen con gran calidad de origen se mostrara para el observador más impactante y limpia.

Por último, faltaría para cerrar el círculo y dar con una imagen total con el máximo potencial visual posible la colaboración de un fotógrafo profesional que contando con un soporte en equipo con las características comentadas (resolución, óptica y tamaño de sensor) aporte además sus conocimientos en técnicas de iluminación, encuadre, punto de vista, creatividad y técnicas de posprocesamiento.

Los negocios que presenten publicitando su servicio o sus productos con imágenes, ya sea vía internet o vía impresión gráfica en busca de un consumidor final, tienen que caer en la cuenta que si dicha imagen es publicada cuidando su resultado final, lograran un mayor grado de incitación y motivación al consumo reteniendo más tiempo la atención del observador.