Este tipo de luz nos permite modificar a nuestro antojo la potencia de la luz , su calidad y su dirección, estando el límite en nuestra imaginación y creatividad. Como fotógrafo profesional en Madrid sé la importancia que tiene a la hora de tomar una buena foto de una excelente.

Hay quien piensa que mientras más puntos de luces y más complicado sea el esquema mejor fotografía saldrá, pero las mejores fotografías se han conseguido con tan solo un punto de luz bien estudia y una adecuada disposición de reflectores y espejos.

Aunque evidentemente el disponer de dos fuentes nos permite jugar con la potencia de ambas y regular el contraste de la fotografía, para mí la relación 1:4 es la que mejor resultado da.

La iluminación necesaria para fotografías de alimentos suele ser suave y la proyección de las sombras suaves o inexistentes, esto se consigue mediante la utilización de softbox o cajas de luz o rebotando la luz en reflectores blancos o paraguas.

Mientras más grande sea la ventana o la superficie donde se rebota y más cercano al producto este más suave y difusa será la luz y viceversa.

Para dirigir la luz están las viseras direccionales, (cuatro paneles negros ajustables que pueden cerrarse y abrirse para dirigir el haz de luz), y si se quiere estrechar más la luz se utilizaría un snoot o cono de luz que deja salir solo una pequeña abertura circular.

También se pueden usar gelatinas o transparencias de colores para modificar la temperatura de color y alterar así el resultado de la imagen.

Otras técnicas que funcionan en este tipo de fotografía de alimentos es colocar entre la fuente de luz y el alimento o producto botellas de cristal vacías para producir refracciones y crear sobre la escena curiosos efectos de luces y sombras, o interponiendo entre la luz y el sujeto ramas u hojas en movimiento.

Siempre que sea vital mostrar texturas de los alimentos, la luz principal debe ser lateral.

También se consigue efectos impactantes llamando la atención sobre texturas (mermeladas, lechugas etc.) con fuentes de luz de contra o proyectándola desde abajo a través de una caja de luz o un metacrilato translucido.

Para medir la luz se utilizan los fotómetros en posición de medición incidente.
Sobre el sensor del fotómetro hay una cúpula de color blanco que integra toda la luz que le llega al sujeto, se coloca enfrente del objeto y en dirección a la cámara y se dispara recogiendo así la medición.