Si se decide iluminar con luz natural es conveniente elegir una habitación con ventanas a la fachada norte, la luz se mantiene constante todo el día y no entra luz directa, y aunque podemos tener una ligera dominante azul, lo podemos corregir en post-producción o con algún filtro corrector. Estos son solo algunos de los secretos de los fotógrafos profesionales.

Cuando entre el sol directo tendremos cantidad de luz cálida que proyectará sombras duras.
El tamaño de las ventanas determina la dureza o suavidad de la luz.
Para conseguir una luz suave y uniforme tendremos que contar con una gran entrada de luz (salida de un balcón por ejemplo)
Una ventana pequeña dará entrada a una luz más precisa y dura.
Si se busca esta clase de luz y sólo se dispone de grandes superficies ventanales, lo conseguiremos disminuyendo la superficie usando cartulinas o cortinas.

O viceversa, si la luz que tenemos procede de ventanas pequeñas, puede suavizarse usando cortinas de redecillas o papel vegetal.
Lo ideal sería también tener un entrada cenital de luz natural vía claraboya y tener también la opción de direccionar la luz cenitalmente.
También para aprovechar al máximo la luz natural, se deben usar reflectores y espejos para rebotar la luz, iluminar zonas de sombras, y controlar el contraste.

Algunas de las iluminaciones de mayor dramatismo se consiguen cuando coinciden fuerzas opuestas como un haz de luz entrando en una habitación a oscuras; también crean una atmósfera peculiar y misteriosa las tomas en días con niebla o lluviosos.